Foncebadón

Foncebadón

miércoles, 13 de abril de 2016

Una mujer imposible



La brújula en su bolsillo,
un espíritu imposible de necedad perpetua.
Su norte extraviado,
impenetrable hasta la última saliva.

Un rumor en su garganta, un desatino.
El silencio no se impone, es su destino.

Y cree que sabe y dice,
y cree que conoce, y habla,
y piensa que acompaña, y estorba.

Entristece aun sin deseo,
su desgana la lleva a un vuelo,
un estúpido y maniqueo aleteo,
que tan solo sirve cual deseo.

La mira fija en su ombligo,
en su yo impenetrable y altivo.
No ve la luz ni aunque la alumbren,
se ve a sí misma y a su culo.

Y yo le digo: «Eres imbécil»
ella me mira y se arredra,
cual si fuera un espíritu imposible.

En el fondo no hay más que podredumbre,
mujer perdida en sus miserias,
asolada, triste y desvalida,
que la ayuda la desprecia con desgana.


Francisco Javier Ramos Alija
13/4/2016



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