BIOGRAFIA:
LUIS MARÍA PESCETTI (1958 San Jorge, Santa Fe, Argentina). Es escritor, actor y músico. Conduce programas radiales y actúa en espectáculos para niños. Ha realizado discos con canciones infantiles humorísticas: El vampiro negro, Cassette pirata y Antología de Luis Pescetti. Entre los premios internacionales que ha recibido por sus obras, mencionamos The White Ravens, que lo obtuvo en dos oportunidades, los destacados de ALIJA, el premio Casa de las Américas y el premio Fantasía. Su amplia producción de libros para niños es reconocida en Latinoamérica y España. Sus títulos más exitosos son: Caperucita Roja (tal como se lo contaron a Jorge), Natacha, El pulpo está crudo, Frin y ¡Buenísimo Natacha!
Jorge Maronna (Bahía Blanca, Buenos Aires, 1948) es un integrante del grupo argentino de música y humor Les Luthiers. Comenzó a estudiar medicina, pero dejó la carrera poco tiempo después. Dotado de gran talento musical y excelentes dotes con los instrumentos de cuerda, además de su trabajo en Les Luthiers, debe mencionarse su trabajo como intérprete, acompañando a músicos muy prestigiosos, y la composición por encargo.
LUIS MARÍA PESCETTI (1958 San Jorge, Santa Fe, Argentina). Es escritor, actor y músico. Conduce programas radiales y actúa en espectáculos para niños. Ha realizado discos con canciones infantiles humorísticas: El vampiro negro, Cassette pirata y Antología de Luis Pescetti. Entre los premios internacionales que ha recibido por sus obras, mencionamos The White Ravens, que lo obtuvo en dos oportunidades, los destacados de ALIJA, el premio Casa de las Américas y el premio Fantasía. Su amplia producción de libros para niños es reconocida en Latinoamérica y España. Sus títulos más exitosos son: Caperucita Roja (tal como se lo contaron a Jorge), Natacha, El pulpo está crudo, Frin y ¡Buenísimo Natacha!
Jorge Maronna (Bahía Blanca, Buenos Aires, 1948) es un integrante del grupo argentino de música y humor Les Luthiers. Comenzó a estudiar medicina, pero dejó la carrera poco tiempo después. Dotado de gran talento musical y excelentes dotes con los instrumentos de cuerda, además de su trabajo en Les Luthiers, debe mencionarse su trabajo como intérprete, acompañando a músicos muy prestigiosos, y la composición por encargo.
RESEÑA:
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento del coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró en su cama transformado en un horrible insecto. Lucas Modim de Bastos comienza de esta manera su novela, y como todo en su vida, lo hace por casualidad. El encuentro en una librería con la bella Michelle será el motor para que nuestro protagonista se inicie en el difícil arte de la novela. Pues la bella sólo ansía una cosa: enamorarse de un hombre de letras, un novelista que la seduzca con palabras escritas... Por cumplir ese deseo un ignorante redomado como él escribirá Copyright, una novela que le llevará tan
lejos como jamás habia soñado... Mitad aprendiz
de brujo, mitad caradura perezoso, descubrirá que no es tán difícil
escribir teniendo cerca las grandes obras de la literatura universal.
Se convertirá de esta manera en el plagiador más conocido del mundo
editorial... Paralelamente, conoceremos las esperpéntica vida de
Michelle y de su marido Günther, personaje siniestro que mantiene
relaciones con el poder, ya sea con un presidente corrupto aficionado
a orgías, con traficantes de armas que presionan al mismísimo Papa
o con un científico obligado a realizar una insólita manipulación
genética... Un hilarante delirio narrativo de dos lúcidos
escritores que logran hacernos reír y, a la vez, reflexionar sobre
el mundo en que vivimos. Una historia insólita que no deja títere
con cabeza. Una disparatada e inteligente parodia sobre el poder
literario, económico y político. Un libro divertido e incisivo. Que
lo disfruten y, si quieren, que lo plagien.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento del coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró en su cama transformado en un horrible insecto. Lucas Modim de Bastos comienza de esta manera su novela, y como todo en su vida, lo hace por casualidad. El encuentro en una librería con la bella Michelle será el motor para que nuestro protagonista se inicie en el difícil arte de la novela. Pues la bella sólo ansía una cosa: enamorarse de un hombre de letras, un novelista que la seduzca con palabras escritas... Por cumplir ese deseo un ignorante redomado como él escribirá Copyright, una novela que le llevará tan
El inicio
En un lugar de la Mancha, de
cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento
el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en
que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró
en su cama transformado en un horrible insecto.
Lucas se
preguntó si ese comienzo tenía el gancho suficiente. Había leído
que los novelistas daban especial importancia al primer párrafo.
Ella debía quedar atrapada. ¿Conocería sus fuentes de inspiración?
Tal vez El
Quijote,
pero las otras dos no le parecían igualmente famosas. Ensayó una
continuación más audaz:
En otro
lugar de la Mancha, Samsa escuchó asombrado las palabras de Lady
Chatterley: «Espérame en tu casa del bosque. Iré con Justine, y
llevaré sogas y un látigo, como a ti te gusta». Mientras tanto, el
coronel Buendía hacía morisquetas a los integrantes del pelotón de
fusilamiento.
Se detuvo agotado. Quiso fumar
pero no encontró cigarrillos. Encendió el televisor. Comenzaba un
noticiero.
Vertiginosas imágenes del
mundo. Corte a pareja de conductores que comentan las declaraciones
del Presidente. Corte a éste, que declara:
—Desmiento categóricamente
los rumores de una posible candidatura mía para una reelección; mi
máximo deseo es entregar la banda presidencial a quien gane los
próximos comicios.
Corte al ministro Falfaro que,
indignado, señala:
—¡El Presidente no se
presentará a esta tercera reelección, pero está seguro de que la
va a ganar!
Corte al Presidente, con cara
de fastidio.
Corte a la pareja de
conductores que, cambiando el ángulo de la información, comentan la
extraña desaparición de la madre del célebre doctor Anastassi,
investigador en biología molecular, firme candidato al Premio Nobel,
lo cual…
Lucas apagó el televisor y se
durmió profundamente. Soñó que su maestra de la escuela primaria,
la señorita Castro, le gritaba indignada después de leer sus
redacciones. Regresaban esos penosos momentos de su infancia, aunque
en la pesadilla la maestra no le pegaba.
Cuando despertó, un hilo de
saliva se desprendía de su boca y se derramaba plácido sobre la
hoja. Se asomó a la ventana: llovía con intensidad. Su instinto
creador lo impulsaba a aprovechar esta imagen de la naturaleza.
Tomando hojas sueltas de la pila de fotocopias que le había traído
su vecina, Amparo, buscó «Literatura y naturaleza». Leyó:
«Égloga». ¿Y si escribía una égloga? Continuó: «Composición
poética del género bucólico, que se caracteriza por una visión
idealizada del campo». Pensó que la visión idealizada del campo la
tenía, ya que nunca había pisado ninguno. Pero le sonó mal eso del
«cólico», y probó otra continuación:
Una mañana, al despertar de un
sueño agitado, un horrible insecto se encontró en su cueva
transformado en Gregorio Samsa. Le dio muchísimo asco.
Lucas se preguntó, con
inesperada profundidad: ¿cómo sabía el bicho que él era Samsa?
Tal vez vivía en una cueva en casa de Samsa, y lo veía a menudo. Se
sintió tentado con la posibilidad de seguir por esta puerta que
abría un millón de posibilidades.
Samsa, o, mejor dicho, el
bicho, recuerda que, salvo en su apariencia semihumana, sigue siendo
un bicho, que pertenece a una familia de bichos; su naturaleza estaba
dividida. No podía traicionarlos, por más bichos que fueran. Su
parte humana le pedía pisar a esos bichos, y su parte bicho los
quería salvar. Terminó dándose un golpe en un ojo.
En ese momento apareció la
madre del bicho y, al verlo con la apariencia de Samsa, salió
corriendo mientras gritaba «¡Socorro, un hombre!». Samsa entendió
perfectamente el asco de su madre: ella también le daba asco a él.
Eran lo que se dice una familia tipo. «No debo sentir vergüenza de
que mi madre/hijo sea un bicho/humano» —pensaron los dos al mismo
tiempo—. En ese momento, a Samsa se le cruzó una idea por la
cabeza: ¡No tendría complejo de Edipo! ¡No podía tenerlo con un
horrible bicho! Cargaría con la vergüenza de ser el único de su
generación sin ese complejo. Aunque, por más que tuviera seis
patas, ella era su madre.
A la mañana siguiente,
Gregorio Samsa, después de un sueño agitado, despertó convertido
en un horrible mueble para el televisor.
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