Una noche en la
distancia,
un pensamiento
inconexo,
una flor, un
sentimiento,
un beso, el
deseo...la luz.
Desnudo en la noche
la luna se eleva,
me mira y sonríe,
apenas alumbra.
Descubro en mi rostro
la brisa y su
aliento.
Los poros abiertos,
la piel de gallina.
Desvío la mirada
y oculta en las
sombras
te intuyo.
Te veo desnuda,
desnudo me miro.
Me toco, me siento.
Palpita mi cuerpo.
¡Refugio, refugio!
Tus brazos abiertos,
las manos me miran.
Mis pies en la
tierra,
te escucho y me
siento.
Te intuyo cercana,
tu aliento en mi
nuca,
mi piel que se tensa,
tu mano en la mía...
El río que fluye,
tu boca que clama...
El cielo me observa,
una estrella titila,
la luna sonríe,
me toco, me siento...
La noche me colma,
me alivia el
silencio.
Francisco Javier Ramos Alija
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