Hoy no puedo más que llorar...
La tristeza me alenta y reclama.
Una impronta persigue mi alma,
es la noche, ruina de dioses.
La finura de tu piel me reclama,
empero, tus palabras me resultan vanas...,
acallo mis dudas con un pensamiento ladino.
No sé qué me acercó a ti;
embaucado en las sombras perdí la cabeza...
ahora te miro y presiento mi lucha...
Un terror devanado que anticipa el futuro,
una presa mordida, un relato inconexo...
¡Ese soy yo!
Palabrón de estropicio, cargamento de dudas...
El silencio un espacio,
la ventana un amargo...
Y te vas..., y me alegro,
y te vas y no quiero,
y te vas y me quedo.
Francisco Javier Ramos Alija
1/7/21
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