Desde la luna a mi casa hay una distancia aparente,
la miro y la veo segura, elegante…
Me mira encendida y me arroba la piel,
la deseo en penumbra, y se apaga al ser engullida en la nube.
Mis pasiones embaten furiosas a despecho de mi…,
me embelesa y recuerda tu tez encendida la apagada semblanza…,
la melancolía superflua de tu ambarina piel.
Me siento en la era, allá en lontananza, muy cerca de ti.
La luna nos mira, nos riega de luz…,
tan solo un susurro que las chicharras apagan,
y yo, sin sentido me tumbo a tu lado,
te siento muy cerca, muy cerca de mi.
Descubro mis luces, mis sombras, mi paz…,
añoro la dicha, el amor escondido allá tras las peñas …
Las escarpadas rocas dibujan su hermosa silueta vestida de tul,
el mensaje está claro, tu sonrisa difusa me permite entenderlo…
Estás ahí, reposando en mi mente, una luz que deslumbra,
un enorme timbal de ocurrencias que desborda el caudal…
Me siento dichoso mientras vuelve la luna,
mientras las nubes cegadoras dejan entrever la estampa escondida.
Estoy orgulloso, muy lleno de ti…
Eterna alabanza, empaque divino de sed y de amor.
Francisco Javier Ramos Alija
20/7/21
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