La aurora me muestra un sueño escondido,
viene a mi, cual esperanza.
Disfruto en la luz siendo noche cerrada,
mi cuerpo se aplaca y espera tranquilo.
Aparece liviana, sencilla y atenta…,
me mira y me habla cual si el ahora existiera…,
le hablo y me dice, le digo y contesta…,
me mira y sonríe, la miro y la quiero.
El sueño se escapa y me desespero…,
la tenía tan cerca que pensé que era eterno.
Despierto vehemente, iracundo y perdido,
me mira mi chica y yo me levanto…
¿te pasa algo? —me dice.
La tenía a mi lado —contesto.
Me mira profundo y ambos lloramos,
las lágrimas tristes de nuestra pérdida.
Francisco Javier Ramos Alija
11 de febrero de 2022
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