Infeliz,
reverente y marchito…
Apocopado,
humillado y servil…
Infame,
taciturno e histérico…
¡Así
estás tú!
La
mudanza de un mundo imperfecto,
la
esperanza de un mundo imposible,
la
estúpida sin razón del no ser…,
la
mirada del imbécil villano…
¡Así
estás tú!
Si
discurren las cosas, si vienen…,
si
discurren las cosas, si van…
Si la
noche retorna en mañana,
¡Así
estás tú!
Y le
dices verdad en mentira…,
y le
hablas mentira en verdad…,
y le
vuelves loco…
¡Así
estás tú!
El
reposo se adueña de lo imposible,
la
oscuridad trasluce al resol,
el
infinito se espanta con tu dicha…
¡Así
estás tú!
Y la
sueña y la mira con nostalgia,
y se
apaga en su infinito tormento,
no
hay palabras, ni luces ni sombras…
¡Así
estás tú!
Si
perdiera la suerte de su vergüenza,
si se
acostara sabiendo un poco más,
no
sería el estado del presente…
¡Así
estás tú!
Pero
la suerte regala a los cretinos,
y mi
suerte cretina es.
La
luz se aparece entra las sombras
y me
aflige con su calor.
Me
siento invadido de amargura,
una
especie de digna colisión.
El
esbozo de un hombre que no mira,
la
mirada de un simple pecador.
Me
regalo palabras y parodias,
me
resguardo en mi cama de algodón,
embriagado
en la noche me despierto…
¡No
estás tú!
Francisco
Javier Ramos Alija
15/6/18
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