Foncebadón

Foncebadón

jueves, 26 de marzo de 2020

¿En qué manos estamos?


Resultado de imagen de coronavirus

Estoy un poco perdido,
miro por la ventana y no hay nadie;
me asomo por si acaso
y al fondo, muy al fondo
un coche progresa lentamente por la calle.

Las gentes se asoman a las ventanas,
la impaciencia ahora transmuta,
la paciencia ahora se hace imprescindible.
Esperan a las ocho para percibirse,
para aplaudir, para sentirse, para colegiar…

Y dicen: «¡Sale lo mejor de nosotros…!».
Y dicen: «¡Bendita solidaridad!».
Y dicen: «¡Quédate en casa!».

Y dicen tantas y tantas cosas…
Las radios no dejan de hablar,
siempre de lo mismo.
Las televisiones no dejan de hablar,
siempre de lo mismo.
Acaso son pocas cosas…

Que si las responsabilidades,
que si la cárcel…,
que si la inacción…,
¡benditos sanitarios…!

Pobres gentes manipuladas,
pobres imperfectos…
La sanidad en ruina…
Los medios en supuestos aviones que vendrán…
¡Pobres sanitarios!

Sin nada, más que ellos…
Y las televisiones y las radios a lo suyo,
¡benditos sanitarios!
¡Pobres sanitarios!

Solidaridad…
Hermosa palabra.
Las gentes se revelan a trabajar…
el uno fabrica mascarillas,
el otro batas…
Pero eso es la gente…,
la noble gente…

En el estrado los narcisos…
Necios políticos que representan a un pueblo harto…
¡Válgame dios!
¿En qué manos estamos?

Y seguimos…
¿Qué nos queda?
¡Válgame dios!
¿En qué manos estamos?


Francisco Javier Ramos Alija
26/3/20



viernes, 20 de marzo de 2020

La desgracia del poderoso


Resultado de imagen de la desgracia del poderoso


En apariencia la luz difusa no deja ver…,
la avaricia del poderoso que, sin límites, recauda hasta vencer...
No importa quien, no importa qué…,
tan solo su bolsillo, su áspera y lúgubre faltriquera
que repleta, revienta en su codicia de placer…

La penuria del pobre no impresiona,
la desgracia del desdichado no impresiona,
no impresiona la guerra, la sangre o la muerte…
¡No impresiona nada!

El único deseo es el yo…, un yo poderoso,
ese yo que a veces se magnifica en un nosotros muy cercano…
Los demás no importan…
¡Dense cuenta!
Los demás no importan…
Tan solo un yo, un magnificente yo.


Francisco Javier Ramos Alija
20 de marzo de 2020