Soy en mi con «todos…», pues ellas me regalan su brillo, su apresto y mi coraza. Doy gracias por lo que soy, por las pequeñas cosas de mi día a día, por mis amores…, por quien me quiere y a los que amo… ¡Gracias!
Pido perdón por mis flaquezas, también por mis daños y mis agravios… Deseo que mi bienestar no incremente el malestar de nadie… Doy gracias y más gracias por lo que soy y lo que siento, por no dejarme domesticar, por cooperar y concienciar, por contribuir a ganarme un poco de dignidad.
Es mi oración sin sujeto receptor, no ruego a nadie en especial… Ningún derecho a pedir se me ha dado y así lo dejo: ¡Gracias!
Francisco Javier Ramos Alija - 15/10/21